jueves, 19 de enero de 2017

Escritores Romanticistas de Honduras (biografias)

Froilán Turcios
(Froilán o Froylán Turcios; Juticalpa, 1875 - San José de Costa Rica, 1943) Poeta, narrador, editor, antólogo y periodista hondureño que junto a Juan Ramón Molina fue el intelectual de Honduras más importante de principios del siglo XX y uno de los más destacados representantes del modernismo centroamericano.
Fue ministro de Gobernación, diputado al Congreso Nacional y delegado de Honduras ante la Liga de las Naciones en Ginebra. Dirigió el diario El Tiempo de Tegucigalpa y fundó las revistas El Pensamiento (1894), Revista nueva (1902), Arte y Letras ( 1903) y Esfinge (1905) entre otras. En Guatemala editó los periódicos El Tiempo (1904) y El Domingo (1908) y en Honduras El Heraldo (1909), El Nuevo Tiempo (1911) y Boletín de la Defensa Nacional (1924).
Imbuido de las luchas americanistas, fue secretario privado del guerrillero patriota Augusto César Sandino en Nicaragua, y en el plano literario amigo de Rubén Darío, Juan Ramón Molina y numerosas figuras del pensamiento universal. Viajero incansable, realizó una férrea labor de defensa nacional denunciando la política del Gran Garrote implementada por Estados Unidos en la región centroamericana y caribeña. A causa de su intensa actividad política en favor de Sandino hubo de exiliarse a Costa Rica.
Froilán Turcios fue un cuentista de finos rasgos preciosistas, inclinándose a los temas violentos. El estudioso dominicano Max Henriquez Ureña dijo de él: "Fue un talento precoz, empezó a escribir desde su infancia; a los 12 años ya publicaba versos... Como poeta es elegante y correcto, pero es el cuento en lo que sobresale"; ciertamente puede afirmarse que Froilán Turcios inició el cuento del siglo XX en su país. Además de cultivar una poesía preciosista, elaboró sus relatos como filigranas estilísticas. Sus textos en prosa, influidos por el italiano Gabriele D'Annunzio, se caracterizan por la pericia en la trama, el valor exacto y a la vez ornamental de las palabras y los finales inesperados o impactantes que marcaron luego buena parte del género en América Latina.
En el terreno novelístico debutó con Almas trágicas, que apareció por entregas en 1900. Publicó la novela El vampiro en 1910, cuyo tema gira alrededor de la muerte: su estilo era modernista y por esa razón la realidad no se ve reflejada directamente en la obra, que mezcla, extrañamente, un estilo preciosista y un tema violento. Al año siguiente publicó otra novela más breve, llamada El fantasma blanco. De sus poemas cabe destacar "Los alcaravanes" y "Belkis"; de este último es notorio su exotismo a ultranza.
Entre sus volúmenes de poesía y cuento se hallan, entre otros, Mariposas (1895) y Renglones (1899), en los que combinó, siguiendo la estela de Darío, la prosa con el verso. Le siguieron Hojas de otoño (1905), Prosas nuevas (1914), Floresta sonora (1915), Cuentos del amor y de la muerte (1930), Páginas de ayer (1932) y Cuentos completos (1995). Publicó asimismo un libro póstumo de Juan Ramón Molina, Tierras, mares y cielos (1913).
Juan Ramón Molina. Poeta hondureño
Juan Ramón Molina : Nació en Comayagüela, Honduras.
Su nacimiento fue el 17 de abril de 1875, en la 2ª. Ave. o calle real, entre la 4ª. y 5ª. Calles, conocida como Calle de los Poetas, porque muy cerca nacieron otros escritores de talla continental.
Sus padres fueron personas pobres; un comerciante en ganado de nombre Federico Molina y doña Juana Núñez, campesina originaria de Aguanqueterique, Departamento de La Paz.
Sus primeros años transcurren sin preocupaciones y en actividades propias de un chico inteligente, vigoroso y lleno de grandes inquietudes que traduce en travesuras y juegos de valor y destreza; en montar a caballo –incluso mirando hacia la grupa-, pescar y nadar en los ríos cercanos y hacer sus primeros versos criticando a sus maestros.
Debido a su carácter y espíritu independiente sus padres deciden matricularlo en la escuela de un señor White (blanco) que Molina convierte en sus escritos en el terrible Mr. Black (negro), personaje que describe como salido de una novela de Dickens, y digno representante del dogmatismo y escolástica imperantes de esa época…Después de grandes vicisitudes logra –sin pena ni gloria- terminar la primaria.
Es el primer poeta hondureño que salió de Centroamérica para embeberse en las corrientes culturales de otras latitudes. Es uno de los grandes exponentes del modernismo en Centroamérica y su obra de gran calidad literaria lo consagra como el escritor hondureño más universal.
En 1892 viaja a Guatemala y después a Quetzaltenango. En dicha ciudad ingresa en el Instituto Normal para Varones de Occidente (INVO).
Todos sus biógrafos coinciden en afirmar que Quetzaltenango fue la patria intelectual de Molina. Durante estos años recibió el apoyo de directores y profesores, como Flavio Guillén y José Antonio Aparicio, sirviendo clases y viviendo en su compañía. Inicia también su carrera como periodista, escribiendo, no solo en periódicos estudiantiles, sino colaborando y dirigiendo diarios como el Bien Público.
Coronados sus estudios de bachiller en 1894, viaja a la capital de Guatemala y en 1896 se consagra ante la opinión pública y literaria de dicha ciudad, al pronunciar un discurso conmemorativo de la muerte de Justo Rufino Barrios y donde publica varios de sus poemas escritos en Quetzaltenango, como el Águila y la Calavera del Loco.
.En 1896, en un viaje a Brasil, -en cuyo trayecto escribe "Salutación a los Poetas Brasileños"- conoce al poeta nicaragüense Rubén Darío, quien incidirá grandemente en su estilo. Visitó España, donde colaboró en el recién fundado "ABC" de Madrid, y varios países de Sudamérica, allí también dejó huellas permanentes en su obra. Castelar alabó su canto "El Águila" y Rubén Darío su "Salutación a los Poemas Brasileños".
Admiró a William Shakespeare y dedicó varios sonetos "El rey Lear", "Ofelia", "Yago", etc. a la obra en inglés. Recibió la influencia de Rubén Darío, a quien conoció en su persona y en su obra. La influencia del nicaragüense se dejó sentir por ejemplo en "Tréboles de Navidad", similar a la "Rosa Niña" de Darío, o en "El poema del Optimista", posiblemente el poema que, aisladamente, más haya influido en toda la literatura contemporánea en habla castellana.
Fue Juan Ramón Molina poeta de primerísima categoría y aunque cultivó la prosa en la que logró bellas y armoniosas realizaciones, como su cuento "El Chele", éstas no pueden darse un puesto en la literatura universal como se otorga a su obra poética que está dentro del modernismo más puro y une la calidad poética y lo depurado de la forma con una finísima sensibilidad de que es muestra su soneto "Pesca de Sirenas".
Fue Juan Ramón Molina hombre activo, personal y políticamente, quemó su vida en el afán de vivirla intensamente. Fue colaborador de la candidatura del General Terencio Sierra de quien se consideraba amigo. Presidente de Honduras durante el período 1899-1903, Sierra, molesto por una publicación que hizo Molina en el Diario de Honduras, bajo su dirección, lo mandó a picar piedra, encadenado, en la carretera que se construía al sur del país. El artículo que tanto lo había molestado "Un hacha que afilar", era un conocido apólogo de Benjamín Franklin, que los acólitos de Sierra consideraron alusivo, hostil y digno de ser castigado con la prisión del poeta.
«Planfetista y periodista, coronel, político, diplomático, hombre que alcanzó altos cargos públicos y que hubo de seguir la ruta del exilio donde murió».1 A pesar de esta vida activa no pudo rehuir el pesimismo y el hastío tan común a los poetas hondureños y que él, como su más elevado representante tuvo en grado sumo por "La fatiga que le producía el peso ABRUMADOR DE LO INFINITO", que muestra en el sentido macabro de sus versos "Después que muera" o en el pesimismo vital de su soneto "Madre Melancolía". Falleció en San Salvador El Salvador el 2 de noviembre de 1908.
Antonio José Rivas Aguiluz (1924-1995)
Poeta y académico.
Antonio José Rivas, nació en Comayagua en 1924 y falleció en esa misma ciudad en 1995, en viernes santo. Hizo estudios de Derecho en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras y Universidad Nacional de Nicaragua, pero no concluyó sus estudios. Se ganó la vida como profesor de matemáticas en los colegios de su ciudad natal. También ejerció, durante poco tiempo, el periodismo en León, Nicaragua, de donde retornó al país, luego de la muerte del mítico Rigoberto López Pérez, con quien era compañero de trabajo.
En 1950 obtuvo la Flor Natural en los Juegos Florales de León, Nicaragua. Es premio nacional de literatura Ramón Rosa (1983). Además gano el segundo premio en el certamen de poesía
Convocado por el Club Rotario de Tegucigalpa (1964), el Premio Nacional Poeta metafísico, Calavera de plata de Barcelona (1967), Premio de Hispanidad de Barcelona (1968), Premio Ramón Amaya Amador de la municipalidad de Tegucigalpa. Publico en su vida un tan solo libro de poesía: La mitad de mi silencio (1964), La víspera del Agua (1996) se edito póstumamente. Actualmente existe un centro educativo en su honor, de nombre Liceo Antonio José Rivas en su ciudad natal, Comayagua.

El poeta Rivas falleció el 14 de abril de1995.

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