miércoles, 15 de febrero de 2017

Glosario de palabras poco usadas

Abandonista= El que es partidario de abandonarlo todo.

Abarse =apartarse, quitarse del paso, dejar libre el camino a otros.

Abemolar ‘poner bemoles’, ‘suavizar, dulcificar la voz’.
Abirragado= De varios colores, mal combinados. 
Ablación= Extirpación de cualquier parte del cuerpo

Abstruso = De difícil comprensión. 

Acantocéfalo = Parásito sin intestino. 

Aceña= Molino de agua

Acezar aparece en el DRAE con los significados de ‘jadear’ y ‘sentir anhelo, deseo vehemente o codicia de algo’.
Adopcionistas = Herejes españoles del siglo VIII, que decían que Cristo, en cuanto a hombre, era hijo de Dios, no por naturaleza, sino por adopción del Padre.

Agaricos= Silicato de aluminio blanco y esponjoso
Aljuba= Vestidura morisca, que también usaban los cristianos, consistente en un cuerpo ceñido en la cintura, abotonado, con mangas y falda hasta la rodilla.

Amusgar ‘echar hacia atrás las orejas el caballo, el toro, etc., en ademán de querer morder, tirar coces o embestir’, ‘entrecerrar los ojos para ver mejor’, ‘avergonzarse’. La tercera acepción se da en Honduras y parte de Colombia. La segunda, pese a su gran utilidad, sigue siendo una gran desconocida para la mayoría de los hispanohablantes, incluidos los literatos.
Añusgarse ‘atragantarse’, ‘enfadarse’ es voz hermana de añudar ‘anudar’. En vigor pero olvidada excepto en Salamanca.
Ardentía= Reverberación

Arracada ‘arete con adorno colgante’ es un vocablo castellano, muy frecuente en los ss. XIV-XVII, limitado ahora a las provincias de Asturias, León y Murcia.
Arrecidos= Entumecidos de frío

Atavismo= Semejanza con los abuelos

Autoclave= Para desinfectar a presión y altas temperaturas

Avenate = Bebida fresca de avena - arranque de locura

Avizorar= Acechar

Badila= Ironía que disimula agravio

Bagasa= Ramera

Bahuno(na)= Gente soez, ruin

Barzone= Vagar sin rumbo

Bascas= Náuseas

Calinoso= Neblinoso

Consunto= Forma irregular del Consumir

Corcusido= Tapar agujeros con puntadas irregulares

Demosofía, de demo- y el griego σοφία (/sofía/) ‘sabiduría’, es un sinónimo del anglicismo folclore que está en vigencia, pero casi desconocido y muy poco usado.
Destoserse ‘toser sin necesidad, o fingir la tos, ya previniéndose para hablar, ya para que sirva de seña’. Inexplicable el poquísimo uso que se hace en la actualidad de este verbo.
Embustir ‘decir embustes’ es un verbo que ya la Academia advierte de poco uso. En realidad está ya olvidado. Muy lejos queda ya su apogeo, cuando la Academia (1732) le asignaba la siguiente definición: «Empeñar, defraudar fingiendo mentiras y pararátas, para sacar y pedir dinero».
Enjalma = Aparejo de bestia de carga

Epistaxis = Hemorragia nasal

Epistemología = Griego (Epistene=conocimiento-logos=tratado). En Filosofía es el estudio de la posibilidad y origen del conocimiento, y del criterio de la verdad.

Escatológico = Alude a postrimerías de ultratumba, excrementos, suciedades

Farautes= Recadero de confianza para largas distancias
·
Farjolla= Tejido de yute
·
Giste = Espuma de la cerveza
·
Grafoscopio = Lupa grande para examinar escritos
·
Gruesa= Número de 12 docenas para contar cosas menudas
·
Guisa es un vocablo español muy antiguo, perteneciente al léxico común en la Edad Media, pero pronto tendió a hacerse desusado, al contrario que su derivado guisar. Hoy, guisa suele emplearse en su significado ‘modo, manera o semejanza de algo’ de forma jocosa y arcaizante.
Gurdo,a = Necio, simple, insensato
·
Gurrumirse= Ser ruin, ser mezquino

Halda= Falda
·
·
Herbolar = Inficionar algo con veneno, envenenar
·
Hermenéutica = Arte de interpretar textos sagrados, especialmente
·
Hidroscopia= Arte de encontrar aguas ocultas
·
Hominicaco = Hombre pusilánime y de mala traza
·
Impetrar= Conseguir una gracia mediante ruegos
·
Inquina = Aversión, mala voluntad 
·
Ínterin es un sinónimo ya muy poco usado de internidad (‘tiempo que dura el desempeño interino de un cargo’), pero la Academia lo mantiene en vigor como adverbio de tiempo (‘en tanto’), muy usado hasta el s. XIX, aunque ya completamente olvidado.
Lenguaraz = Que domina dos o más lenguas
·
Machorra = Hembra estéril; oveja que se mata en bodas o fiestas
·
Macondo = Árbol colombiano, parecido a la ceiba, de 30 o 40 metros
·
Matute= Introducir mercaderías sin pagar impuestos
·
Mazarí = Es un ladrillo cuadrado o baldosas para solados
·
Nereidas = Ninfas acuáticas de la mitología, como sirenas
·
Noctívago= Que anda vagando por las noches
·
Numen = Inspiración del artista, o cualquiera de los dioses mitológicos
·
Ocluir= Cerrar un conducto, como el intestino
·
Ontología= Parte de la Metafísica que trata del Ser, en general
·
Orive = Artífice que trabaja en oro
·
Oxear= Espantar las aves domésticas
·
Palíndromo = Palabra o frase que se lee indistintamente de izquierda a derecha que de derecha a izquierda
·
Panteísta = Cree que el total del Universo es el único Dios.
·
Penseque ‘error nacido de ligereza, descuido o falta de meditación’ es una palabra coloquial compuesta de la expresión pensé que, muy común en el Siglo de Oro (Lope de Vega tituló una de sus comedias El castigo del penseque), que ya en el s. XVIII era considerada voz baja y vulgar. Ya casi no se oye.
Praxis= Práctica, en oposición a teoría o teórica
·
Quiescente = Que está quieto pudiendo tener movimiento propio
·
Rabido-a = Violento, airado
·
Ralea = Especie, calidad, linaje despectivamente
·
Rapa= Flor del olivo
·
Rauco = Ronco, afónico
·
Recua= Conjunto de animales de carga
·
Refilón= Oblicuamente, de soslayo, al sesgo
·
Rejal= Fila de ladrillos, colocados de canto, cruzados uno sobre otros
·
Reluctancia = Resistencia que ofrece un circuito a un flujo magnético
·
Ringlas= Filas 
·
Sanedrín= Consejo supremo de los judíos sobre estudios religiosos
·
Sangradura. Así se llama la ‘parte hundida del brazo opuesta al codo’, donde los sanitarios nos hacen el ‘corte o punción de la vena para sacar sangre’, pues también esta es otra acepción de la palabra sangradura. Todo el mundo sabe que la parte opuesta del hombro se llama axila o sobaco; mucha gente sabe que la corva es la parte opuesta de la rodilla; pero muy pocas personas conocen el nombre de esa parte de su cuerpo, opuesta al codo, donde alguna vez le han pinchado para sacarle sangre.
Saporífero = Que causa o da sabor 
·
Sic = Para indicar que lo parece inexacto, es algo textual; normalmente va entre paréntesis
·
Singlar es un verbo marinero y de origen francés que, desde el principio del s. XIV, significa en español ‘navegar, andar la nave con rumbo determinado’. Sin embargo, su uso se ha hecho muy escaso, a diferencia de su derivado singladura.
Sosaina= Persona sosa
·
Tesela = Cada una de las piezas con que se forma un mosaico
·
Teúrgia = Una especie de magia antigua que pretendía tener comunicación con divinidades y obrar milagros
·
 Tinge = Búho mayor y más fuerte que el común
·
Trisogio= Trizar
·
Trolero= Mentiroso, embustero
·
Ultílogo= Discurso que se pone en un libro después de terminada la obra Uromancia= Supuesta adivinación por el examen de la orina

Uxoricidio = Muerte causada a la mujer por su marido

Varga = La parte de mayor pendiente de una cuesta

Vate= Adivino, poeta

Venal = Vendible, expuesto a la venta; que se deja sobornar

Venero = Es un manantial de agua o raya horaria en relojes de sol

Verbigracia = Por ejemplo

Xenofobia = Odio, repugnancia u hostilidad hacia lo extranjero

 Yacer = Estar echada o tendida una persona, o trato carnal

Yerto = Tieso, rígido o áspero
o Zaca = Odre con que desaguan los pozos de las minas

Zahorí= Persona a la que se atribuye lo que está oculto, especialmente manantiales subterráneos

Zalema ‘reverencia o cortesía humilde en muestra de sumisión’, ‘zalamería’ es una palabra coloquial de origen árabe que ya apenas se usa en español. Todo lo contrario que sus derivados zalamero y zalamería.
Zamarra = Prenda rústica de vestir hecha de piel con su lana o pelo.


martes, 31 de enero de 2017

Biografias

Rubén Darío

(Metapa, 1867 - León, 1916) Seudónimo del gran poeta nicaragüense Félix Rubén García Sarmiento, iniciador y máximo representante del Modernismo hispanoamericano. Su familia era conocida por el apellido de un abuelo, "la familia de los Darío", y el joven poeta, en busca de eufonía, adoptó la fórmula "Rubén Darío" como nombre literario de batalla.
Con una dichosa facilidad para el ritmo y la rima creció Rubén Darío en medio de turbulentas desavenencias familiares, tutelado por solícitos parientes y dibujando con palabras en su fuero interno sueños exóticos, memorables heroísmos y tempestades sublimes. Pero ya en su época toda esa parafernalia de prestigiosos tópicos románticos comenzaba a desgastarse y se ofrecía a la imaginación de los poetas como las armas inútiles que se conservan en una panoplia de terciopelo ajado.
Rubén Darío estaba llamado a revolucionar rítmicamente el verso castellano, pero también a poblar el mundo literario de nuevas fantasías, de ilusorios cisnes, de inevitables celajes, de canguros y tigres de bengala conviviendo en el mismo paisaje imposible. Trajo a un idioma que estaba en tiempos de decadencia el influjo revitalizador americano y los modelos parnasianos y simbolistas franceses, abriéndolo a un léxico rico y extraño, a una nueva flexibilidad y musicalidad en el verso y la prosa, e introdujo temas y motivos universales, exóticos y autóctonos, que excitaban la imaginación y la facultad de analogías.
En brillantez formal, estilística y musical, apenas hay poeta en lengua española que iguale al Darío de la primera etapa, la etapa plenamente modernista de Azul (1888) y Prosas Profanas (1896). Cuando se aminora su esteticismo, y el ideal del arte por el arte deja lugar a nuevas inquietudes, surge su obra maestra, Cantos de vida y esperanza (1905), en la que el absoluto dominio de la forma ya no tiene la mera belleza como único objetivo, sino que sirve a la expresión de una intimidad angustiada o de preocupaciones sociohistóricas, como el devenir de la América hispana.
Al valor poético intrínseco de esa segunda etapa, más perdurable que el de la primera, hay que sumar el papel de Rubén Darío como núcleo originario y aglutinador de todo un movimiento, el Modernismo, que marcó un hito en la historia de la literatura: tras seguir sumisamente durante tres siglos los rumbos de las letras europeas, nace en América una corriente literaria propia cuya influencia pasará incluso a la metrópoli. Conseguida a principios del XIX la independencia política, Latinoamérica lograba, a finales del mismo siglo, la independencia literaria.
Biografía
Casi por azar nació Rubén en una pequeña ciudad nicaragüense llamada Metapa, pero al mes de su alumbramiento pasó a residir a León, donde su madre, Rosa Sarmiento, y su padre, Manuel García, habían fundado un matrimonio teóricamente de conveniencias pero próspero sólo en disgustos.
Para hacer más llevadera la mutua incomprensión, el incansable Manuel se entregaba inmoderadamente a las farras y ahogaba sus penas en los lupanares, mientras la pobre Rosa huía de vez en cuando de su cónyuge para refugiarse en casa de alguno de sus parientes. No tardaría la madre en dar a luz una segunda hija (Cándida Rosa, que se malogró enseguida) ni en enamorarse de un tal Juan Benito Soriano, con el que se fue a vivir arrastrando a su primogénito a "una casa primitiva, pobre y sin ladrillos, en pleno campo", situada en la localidad hondureña de San Marcos de Colón.
No obstante, el pequeño Rubén volvió pronto a León y pasó a residir con los tíos de su madre, Bernarda Sarmiento y su marido, el coronel Félix Ramírez, los cuales habían perdido recientemente una niña y lo acogieron como sus verdaderos padres. Muy de tarde en tarde vio Rubén a Rosa Sarmiento, a quien desconocía, y poco más o menos a Manuel, por quien siempre sintió desapego, hasta el punto de que el incipiente poeta firmaba sus primeros trabajos escolares como Félix Rubén Ramírez.
El hogar del coronel Félix Ramírez era centro de célebres tertulias que congregaban a la intelectualidad del país; en este ambiente culto creció el pequeño Darío. Precoz versificador infantil, el mismo Rubén no recordaba cuándo empezó a componer poemas, pero sí que ya sabía leer a los tres, y que a los seis empezó a devorar los clásicos que halló en la casa; a los trece ya era conocido como poeta, y a los catorce concluyó su primera obra. En su ambiente y en su tiempo, las elegías a los difuntos, los epitalamios a los recién casados o las odas a los generales victoriosos formaban parte de los usos y costumbres colectivos, cumplían con inveterada oportunidad una función social para la que jamás había dejado de existir demanda. Por entonces se recitaban versos como se erigían monumentos al dramaturgo ilustre, se brindaba a la salud del neonato o se ofrecían banquetes a los diplomáticos extranjeros.
Durante su primeros años estudió con los jesuitas, a los que dedicó algún poema cargado de invectivas, aludiendo a sus "sotanas carcomidas" y motejándolos de "endriagos"; pero en esa etapa de juventud no sólo cultivó la ironía: tan temprana como su poesía influida por Bécquer y por Victor Hugo fue su vocación de eterno enamorado. Según propia confesión en la Autobiografía, una maestra de las primeras letras le impuso un severo castigo cuando lo sorprendió "en compañía de una precoz chicuela, iniciando indoctos e imposibles Dafnis y Cloe, y según el verso de Góngora, las bellaquerías detrás de la puerta".
Antes de cumplir quince años, cuando los designios de su corazón se orientaron irresistiblemente hacia la esbelta muchacha de ojos verdes llamada Rosario Emelina Murillo, en el catálogo de sus pasiones había anotado a una "lejana prima, rubia, bastante bella", tal vez Isabel Swan, y a la trapecista Hortensia Buislay. Ninguna de ellas, sin embargo, le procuraría tantos quebraderos de cabeza como Rosario; y como manifestara enseguida a la musa de su mediocre novela sentimental Emelina sus deseos de contraer inmediato matrimonio, sus amigos y parientes conspiraron para que abandonara la ciudad y terminara de crecer sin incurrir en irreflexivas precipitaciones.
En agosto de 1882 se encontraba en El Salvador, y allí fue recibido por el presidente Zaldívar, sobre el cual anota halagado en su Autobiografía: "El presidente fue gentilísimo y me habló de mis versos y me ofreció su protección; mas cuando me preguntó qué es lo que yo deseaba, contesté con estas exactas e inolvidables palabras que hicieron sonreír al varón de poder: "Quiero tener una buena posición social".
En este elocuente episodio, Rubén expresa sin tapujos sus ambiciones burguesas, que vería dolorosamente frustradas y por cuya causa habría de sufrir todavía más insidiosamente en su ulterior etapa chilena. En Chile conoció también al presidente suicida Balmaceda y trabó amistad con su hijo, Pedro Balmaceda Toro, así como con el aristocrático círculo de allegados de éste; sin embargo, para poder vestir decentemente, se alimentaba en secreto de "arenques y cerveza", y a sus opulentos contertulios no se les ocultaba su mísera condición.
De la etapa chilena es Abrojos (1887), libro de poemas que dan cuenta de su triste estado de poeta pobre e incomprendido; ni siquiera un fugaz amor vivido con una tal Domitila consigue enjugar su dolor. Para un concurso literario convocado por el millonario Federico Varela escribió Otoñales, que obtuvo un modestísimo octavo lugar entre los cuarenta y siete originales presentados, y Canto épico a las glorias de Chile, por el que se le otorgó el primer premio, compartido con Pedro Nolasco Préndez y que le reportó la módica suma de trescientos pesos.
Pero fue en 1888 cuando la auténtica valía de Rubén Darío se dio a conocer con la publicación de Azul, libro encomiado desde España por el a la sazón prestigioso novelista Juan Valera, cuya importancia como puente entre las culturas española e hispanoamericana ha sido brillantemente estudiada por María Beneyto. Las cartas de Juan Valera sirvieron de prólogo a la nueva reedición ampliada de 1890, pero para entonces ya se había convertido en obsesiva la voluntad del poeta de escapar de aquellos estrechos ambientes intelectuales (donde no hallaba ni el suficiente reconocimiento como artista ni la anhelada prosperidad económica) para conocer por fin su legendario París.
El 21 de junio de 1890 Rubén contrajo matrimonio con una mujer con la que compartía aficiones literarias, Rafaela Contreras, pero sólo al año siguiente, el 12 de enero, pudo completarse la ceremonia religiosa, interrumpida por una asonada militar; fruto de esta unión fue su hijo Rubén, nacido en Costa Rica el 11 de noviembre de 1891. Más tarde, con motivo de la celebración del cuarto Centenario del Descubrimiento de América, vio cumplidos sus deseos de conocer el Viejo Mundo al ser enviado como embajador a España.
El poeta desembarcó en La Coruña el 1 de agosto de 1892, precedido de una celebridad que le permitiría establecer inmediatas relaciones con las principales figuras de la política y la literatura españolas, pero, desdichadamente, su felicidad se vio ensombrecida por la súbita muerte de su esposa, acaecida el 23 de enero de 1893, lo que no hizo sino avivar su tendencia, ya de siempre un tanto desaforada, a trasegar formidables dosis de alcohol.
Precisamente en estado de embriaguez fue poco después obligado a casarse con aquella angélica muchacha que había sido objeto de su adoración adolescente, Rosario Emelina Murillo, quien le hizo víctima de uno de los más truculentos episodios de su vida. Al parecer, el hermano de Rosario, un hombre sin escrúpulos, pergeñó el avieso plan, sabedor de que la muchacha estaba embarazada. En complicidad con la joven, sorprendió a los amantes en honesto comercio amoroso, esgrimió una pistola, amenazó con matar a Rubén si no contraía inmediatamente matrimonio, saturó de whisky al cuitado, hizo llamar a un cura y fiscalizó la ceremonia religiosa el mismo día 8 de marzo de 1893.
Naturalmente, el embaucado hubo de resignarse ante los hechos, pero no consintió en convivir con el engaño, y en adelante sería perseguido por su pérfida y abandonada esposa buena parte de su vida. Rubén conoció en Madrid a una mujer de baja condición, Francisca Sánchez, la criada analfabeta de la casa del poeta Villaespesa, en la que encontró refugio y dulzura. Con ella viajará a París al comenzar el siglo, tras haber ejercido de cónsul de Colombia en Buenos Aires y haber residido allí desde 1893 a 1898, así como tras haber adoptado Madrid como su segunda residencia desde que llegara, ese último año, a la capital española enviado por el periódico La Nación.
Se inicia entonces para él una etapa de viajes entusiastas (Italia, Inglaterra, Bélgica, Barcelona...) y es acaso entonces cuando escribe sus libros más valiosos: Cantos de vida y esperanza (1905), El canto errante (1907), El poema de otoño (1910), El oro de Mallorca (1913). Residió una temporada en Mallorca para restaurar su deteriorada salud, que ni los solícitos cuidados de su buena Francisca logran sacar a flote. Por otra parte, el muchacho que quería alcanzar una "buena posición social" no obtuvo nunca más que el dinero y la respetabilidad suficientes como para vivir con frugalidad y modestia, y de ello da fe un elocuente episodio de 1908, relacionado con el extravagante escritor español Alejandro Sawa, quien muchos años antes le había servido en París de guía para conocer al perpetuamente ebrio Verlaine.
Sawa, un pobre bohemio, viejo, ciego y enfermo, que había consagrado su orgullosa vida a la literatura, le reclamó a Rubén la escasa suma de cuatrocientas pesetas para ver por fin publicada la que hoy es considerada su obra más valiosa, Iluminaciones en la sombra, pero éste, al parecer, no estaba en disposición de facilitarle este dinero y se hizo el desentendido, de modo que Sawa, en su correspondencia, acabó por pasar de los ruegos a la justa indignación, reclamándole el pago de servicios prestados. Según declaraba en sus cartas, Sawa había sido el autor o negro, en argot editorial, de algunos artículos remitidos en 1905 a La Nación y firmados por Rubén Darío. En cualquier caso, fue finalmente el poeta nicaragüense quien, a petición de la viuda de Alejandro Sawa, prologó enternecido el extraño libro póstumo de ese "gran bohemio" que "hablaba en libro" y "era gallardamente teatral", citando las propias palabras de Rubén.

Y es que, al final de su vida, el autor de Azul no estaba en disposición de favorecer a sus amigos más que con su pluma, cuyos frutos en muchos casos no le alcanzaban ni para pagar sus deudas, pero ganó, eso sí, el reconocimiento de la mayoría de los escritores contemporáneos en lengua española y la obligada gratitud de todos cuantos, después de él, han intentado escribir un alejandrino en este idioma. En 1916, al poco de regresar a su Nicaragua natal, Rubén Darío falleció, y la noticia llenó de tristeza a la comunidad intelectual hispanoparlante.
Rubén Darío es un genio lírico hispanoamericano de resonancia universal, que maneja el idioma con elegancia y cuidado, lo renueva con vocablos brillantes, en un juego de ensayos métricos audaces y primorosos, y se atreve a realizar con él combinaciones fonéticas dignas de fray Luis de León, como aquella del verso: "bajo el ala aleve de un leve abanico"; pero la aliteración es sólo un aspecto parcial de la musicalidad del poeta, maestro moderno y universal del ritmo, la imagen y la armonía.

Froilán Turcios
(Froilán o Froylán Turcios; Juticalpa, 1875 - San José de Costa Rica, 1943) Poeta, narrador, editor, antólogo y periodista hondureño que junto a Juan Ramón Molina fue el intelectual de Honduras más importante de principios del siglo XX y uno de los más destacados representantes del modernismo centroamericano.
Fue ministro de Gobernación, diputado al Congreso Nacional y delegado de Honduras ante la Liga de las Naciones en Ginebra. Dirigió el diario El Tiempo de Tegucigalpa y fundó las revistas El Pensamiento (1894), Revista nueva (1902), Arte y Letras ( 1903) y Esfinge (1905) entre otras. En Guatemala editó los periódicos El Tiempo (1904) y El Domingo (1908) y en Honduras El Heraldo (1909), El Nuevo Tiempo (1911) y Boletín de la Defensa Nacional (1924).
Imbuido de las luchas americanistas, fue secretario privado del guerrillero patriota Augusto César Sandino en Nicaragua, y en el plano literario amigo de Rubén Darío, Juan Ramón Molina y numerosas figuras del pensamiento universal. Viajero incansable, realizó una férrea labor de defensa nacional denunciando la política del Gran Garrote implementada por Estados Unidos en la región centroamericana y caribeña. A causa de su intensa actividad política en favor de Sandino hubo de exiliarse a Costa Rica.
Froilán Turcios fue un cuentista de finos rasgos preciosistas, inclinándose a los temas violentos. El estudioso dominicano Max Henriquez Ureña dijo de él: "Fue un talento precoz, empezó a escribir desde su infancia; a los 12 años ya publicaba versos... Como poeta es elegante y correcto, pero es el cuento en lo que sobresale"; ciertamente puede afirmarse que Froilán Turcios inició el cuento del siglo XX en su país. Además de cultivar una poesía preciosista, elaboró sus relatos como filigranas estilísticas. Sus textos en prosa, influidos por el italiano Gabriele D'Annunzio, se caracterizan por la pericia en la trama, el valor exacto y a la vez ornamental de las palabras y los finales inesperados o impactantes que marcaron luego buena parte del género en América Latina.
En el terreno novelístico debutó con Almas trágicas, que apareció por entregas en 1900. Publicó la novela El vampiro en 1910, cuyo tema gira alrededor de la muerte: su estilo era modernista y por esa razón la realidad no se ve reflejada directamente en la obra, que mezcla, extrañamente, un estilo preciosista y un tema violento. Al año siguiente publicó otra novela más breve, llamada El fantasma blanco. De sus poemas cabe destacar "Los alcaravanes" y "Belkis"; de este último es notorio su exotismo a ultranza.

Entre sus volúmenes de poesía y cuento se hallan, entre otros, Mariposas (1895) y Renglones (1899), en los que combinó, siguiendo la estela de Darío, la prosa con el verso. Le siguieron Hojas de otoño (1905), Prosas nuevas (1914), Floresta sonora (1915), Cuentos del amor y de la muerte (1930), Páginas de ayer (1932) y Cuentos completos (1995). Publicó asimismo un libro póstumo de Juan Ramón Molina, Tierras, mares y cielos (1913).

jueves, 19 de enero de 2017

Escritores Romanticistas de Honduras (biografias)

Froilán Turcios
(Froilán o Froylán Turcios; Juticalpa, 1875 - San José de Costa Rica, 1943) Poeta, narrador, editor, antólogo y periodista hondureño que junto a Juan Ramón Molina fue el intelectual de Honduras más importante de principios del siglo XX y uno de los más destacados representantes del modernismo centroamericano.
Fue ministro de Gobernación, diputado al Congreso Nacional y delegado de Honduras ante la Liga de las Naciones en Ginebra. Dirigió el diario El Tiempo de Tegucigalpa y fundó las revistas El Pensamiento (1894), Revista nueva (1902), Arte y Letras ( 1903) y Esfinge (1905) entre otras. En Guatemala editó los periódicos El Tiempo (1904) y El Domingo (1908) y en Honduras El Heraldo (1909), El Nuevo Tiempo (1911) y Boletín de la Defensa Nacional (1924).
Imbuido de las luchas americanistas, fue secretario privado del guerrillero patriota Augusto César Sandino en Nicaragua, y en el plano literario amigo de Rubén Darío, Juan Ramón Molina y numerosas figuras del pensamiento universal. Viajero incansable, realizó una férrea labor de defensa nacional denunciando la política del Gran Garrote implementada por Estados Unidos en la región centroamericana y caribeña. A causa de su intensa actividad política en favor de Sandino hubo de exiliarse a Costa Rica.
Froilán Turcios fue un cuentista de finos rasgos preciosistas, inclinándose a los temas violentos. El estudioso dominicano Max Henriquez Ureña dijo de él: "Fue un talento precoz, empezó a escribir desde su infancia; a los 12 años ya publicaba versos... Como poeta es elegante y correcto, pero es el cuento en lo que sobresale"; ciertamente puede afirmarse que Froilán Turcios inició el cuento del siglo XX en su país. Además de cultivar una poesía preciosista, elaboró sus relatos como filigranas estilísticas. Sus textos en prosa, influidos por el italiano Gabriele D'Annunzio, se caracterizan por la pericia en la trama, el valor exacto y a la vez ornamental de las palabras y los finales inesperados o impactantes que marcaron luego buena parte del género en América Latina.
En el terreno novelístico debutó con Almas trágicas, que apareció por entregas en 1900. Publicó la novela El vampiro en 1910, cuyo tema gira alrededor de la muerte: su estilo era modernista y por esa razón la realidad no se ve reflejada directamente en la obra, que mezcla, extrañamente, un estilo preciosista y un tema violento. Al año siguiente publicó otra novela más breve, llamada El fantasma blanco. De sus poemas cabe destacar "Los alcaravanes" y "Belkis"; de este último es notorio su exotismo a ultranza.
Entre sus volúmenes de poesía y cuento se hallan, entre otros, Mariposas (1895) y Renglones (1899), en los que combinó, siguiendo la estela de Darío, la prosa con el verso. Le siguieron Hojas de otoño (1905), Prosas nuevas (1914), Floresta sonora (1915), Cuentos del amor y de la muerte (1930), Páginas de ayer (1932) y Cuentos completos (1995). Publicó asimismo un libro póstumo de Juan Ramón Molina, Tierras, mares y cielos (1913).
Juan Ramón Molina. Poeta hondureño
Juan Ramón Molina : Nació en Comayagüela, Honduras.
Su nacimiento fue el 17 de abril de 1875, en la 2ª. Ave. o calle real, entre la 4ª. y 5ª. Calles, conocida como Calle de los Poetas, porque muy cerca nacieron otros escritores de talla continental.
Sus padres fueron personas pobres; un comerciante en ganado de nombre Federico Molina y doña Juana Núñez, campesina originaria de Aguanqueterique, Departamento de La Paz.
Sus primeros años transcurren sin preocupaciones y en actividades propias de un chico inteligente, vigoroso y lleno de grandes inquietudes que traduce en travesuras y juegos de valor y destreza; en montar a caballo –incluso mirando hacia la grupa-, pescar y nadar en los ríos cercanos y hacer sus primeros versos criticando a sus maestros.
Debido a su carácter y espíritu independiente sus padres deciden matricularlo en la escuela de un señor White (blanco) que Molina convierte en sus escritos en el terrible Mr. Black (negro), personaje que describe como salido de una novela de Dickens, y digno representante del dogmatismo y escolástica imperantes de esa época…Después de grandes vicisitudes logra –sin pena ni gloria- terminar la primaria.
Es el primer poeta hondureño que salió de Centroamérica para embeberse en las corrientes culturales de otras latitudes. Es uno de los grandes exponentes del modernismo en Centroamérica y su obra de gran calidad literaria lo consagra como el escritor hondureño más universal.
En 1892 viaja a Guatemala y después a Quetzaltenango. En dicha ciudad ingresa en el Instituto Normal para Varones de Occidente (INVO).
Todos sus biógrafos coinciden en afirmar que Quetzaltenango fue la patria intelectual de Molina. Durante estos años recibió el apoyo de directores y profesores, como Flavio Guillén y José Antonio Aparicio, sirviendo clases y viviendo en su compañía. Inicia también su carrera como periodista, escribiendo, no solo en periódicos estudiantiles, sino colaborando y dirigiendo diarios como el Bien Público.
Coronados sus estudios de bachiller en 1894, viaja a la capital de Guatemala y en 1896 se consagra ante la opinión pública y literaria de dicha ciudad, al pronunciar un discurso conmemorativo de la muerte de Justo Rufino Barrios y donde publica varios de sus poemas escritos en Quetzaltenango, como el Águila y la Calavera del Loco.
.En 1896, en un viaje a Brasil, -en cuyo trayecto escribe "Salutación a los Poetas Brasileños"- conoce al poeta nicaragüense Rubén Darío, quien incidirá grandemente en su estilo. Visitó España, donde colaboró en el recién fundado "ABC" de Madrid, y varios países de Sudamérica, allí también dejó huellas permanentes en su obra. Castelar alabó su canto "El Águila" y Rubén Darío su "Salutación a los Poemas Brasileños".
Admiró a William Shakespeare y dedicó varios sonetos "El rey Lear", "Ofelia", "Yago", etc. a la obra en inglés. Recibió la influencia de Rubén Darío, a quien conoció en su persona y en su obra. La influencia del nicaragüense se dejó sentir por ejemplo en "Tréboles de Navidad", similar a la "Rosa Niña" de Darío, o en "El poema del Optimista", posiblemente el poema que, aisladamente, más haya influido en toda la literatura contemporánea en habla castellana.
Fue Juan Ramón Molina poeta de primerísima categoría y aunque cultivó la prosa en la que logró bellas y armoniosas realizaciones, como su cuento "El Chele", éstas no pueden darse un puesto en la literatura universal como se otorga a su obra poética que está dentro del modernismo más puro y une la calidad poética y lo depurado de la forma con una finísima sensibilidad de que es muestra su soneto "Pesca de Sirenas".
Fue Juan Ramón Molina hombre activo, personal y políticamente, quemó su vida en el afán de vivirla intensamente. Fue colaborador de la candidatura del General Terencio Sierra de quien se consideraba amigo. Presidente de Honduras durante el período 1899-1903, Sierra, molesto por una publicación que hizo Molina en el Diario de Honduras, bajo su dirección, lo mandó a picar piedra, encadenado, en la carretera que se construía al sur del país. El artículo que tanto lo había molestado "Un hacha que afilar", era un conocido apólogo de Benjamín Franklin, que los acólitos de Sierra consideraron alusivo, hostil y digno de ser castigado con la prisión del poeta.
«Planfetista y periodista, coronel, político, diplomático, hombre que alcanzó altos cargos públicos y que hubo de seguir la ruta del exilio donde murió».1 A pesar de esta vida activa no pudo rehuir el pesimismo y el hastío tan común a los poetas hondureños y que él, como su más elevado representante tuvo en grado sumo por "La fatiga que le producía el peso ABRUMADOR DE LO INFINITO", que muestra en el sentido macabro de sus versos "Después que muera" o en el pesimismo vital de su soneto "Madre Melancolía". Falleció en San Salvador El Salvador el 2 de noviembre de 1908.
Antonio José Rivas Aguiluz (1924-1995)
Poeta y académico.
Antonio José Rivas, nació en Comayagua en 1924 y falleció en esa misma ciudad en 1995, en viernes santo. Hizo estudios de Derecho en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras y Universidad Nacional de Nicaragua, pero no concluyó sus estudios. Se ganó la vida como profesor de matemáticas en los colegios de su ciudad natal. También ejerció, durante poco tiempo, el periodismo en León, Nicaragua, de donde retornó al país, luego de la muerte del mítico Rigoberto López Pérez, con quien era compañero de trabajo.
En 1950 obtuvo la Flor Natural en los Juegos Florales de León, Nicaragua. Es premio nacional de literatura Ramón Rosa (1983). Además gano el segundo premio en el certamen de poesía
Convocado por el Club Rotario de Tegucigalpa (1964), el Premio Nacional Poeta metafísico, Calavera de plata de Barcelona (1967), Premio de Hispanidad de Barcelona (1968), Premio Ramón Amaya Amador de la municipalidad de Tegucigalpa. Publico en su vida un tan solo libro de poesía: La mitad de mi silencio (1964), La víspera del Agua (1996) se edito póstumamente. Actualmente existe un centro educativo en su honor, de nombre Liceo Antonio José Rivas en su ciudad natal, Comayagua.

El poeta Rivas falleció el 14 de abril de1995.